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Mito 1: La hipnosis no pertenece al campo de la psicología científica: la practican charlatanes y folclóricos, y la utilizan crédulos, ignorantes y “dependientes”.

La hipnosis SÍ es una práctica respaldada por la ciencia. Dentro del campo de la psicología, se han llevado a cabo investigaciones experimentales desde los primeros autores referentes como Wundt, Pavlov, Hull y Eysenck. Hasta el día de hoy, se siguen publicando estudios clínicos en revistas de gran prestigio. Además, existen sociedades científicas especializadas en hipnosis y la APA (American Psychological Association) cuenta con su propia división dedicada a esta técnica.

Es importante destacar que la hipnosis se enseña en facultades de Psicología, Medicina y Odontología en los países más avanzados del mundo.

Sin embargo, a pesar de esta validación científica, es cierto que existen charlatanes y folclóricos que hablan, practican y se lucran con la hipnosis. Ante esta realidad, es fundamental informar al “consumidor” y alentarle a que pregunte sobre la capacitación del “hipnotizador” y la evidencia empírica de las afirmaciones que se hagan.

En cuanto a la noción de ignorancia y dependencia de las personas susceptibles a la hipnosis, la ciencia ha desmentido esta creencia. Aunque no se han establecido conclusiones definitivas sobre la relación entre sugestionabilidad y personalidad, existen evidencias de que la distribución de la susceptibilidad a la hipnosis se asemeja a una distribución normal. Esto significa que algunos individuos serán muy sensibles o poco sensibles a la hipnosis, mientras que la mayoría de la población se encontrará en cifras intermedias.

Las características de una persona susceptible a la hipnosis incluyen una alta capacidad de absorción atencional, emocionalidad, capacidad de imaginación y propensión al fantaseo. Por lo tanto, es incorrecto afirmar que responder a sugestiones hipnóticas implica patología psicológica, torpeza, ingenuidad, credulidad…

Mito 2: la hipnosis deja a la persona en trance si no sale del estado hipnótico.

Las personas no quedan “enganchadas” en un estado alterado de conciencia, principalmente porque la hipnosis no es un estado diferente o alterado de conciencia. Si algunas personas tienen dificultad para “salir” de la hipnosis, experimentarán lo mismo con otras técnicas como la relajación o la exposición en imaginación, incluso cuando están profundamente concentradas.

Si estás interesado/a, te recomiendo leer el experimento “El paradigma de simuladores” de Evans (1966). Te darás cuenta de que, por mucho que se intente dejar a una persona “hipnotizada” de forma permanente, depende de la persona decidir cuándo desea abandonar la hipnosis y regresar a la normalidad. Cualquier persona que te diga lo contrario te está mintiendo

Mito 3: la hipnosis puede hacer aparecer “psicopatologías latentes”, puede generarlas en individuos sanos o empeorarlas si ya se tienen.

No hay evidencia que respalde ninguna de estas tres afirmaciones.

En la hipnosis, sólo ocurre lo que se sugiere y el sujeto cree que debe suceder. Como cualquier forma de intervención psicoterapéutica, la hipnosis puede tener efectos no deseados, pero no son superiores a los encontrados en otras formas de intervención. El contexto específico de la persona, su forma de procesar la información y su personalidad son variables que todo psicólogo, incluido el especialista en hipnosis, tiene en cuenta. Por lo tanto, es fundamental acudir a profesionales que actúen con rigurosidad y ética.

Es importante tener en cuenta que las creencias del paciente sobre la hipnosis y sus expectativas sobre lo que el hipnotizador puede lograr pueden generar complicaciones si no se abordan adecuadamente. Por eso, insistimos en la importancia de buscar profesionales especializados y rigurosos.

Mito 4: la hipnosis provoca un “estado” con características especiales similares al sueño.

Es importante destacar que el sueño y la hipnosis no están relacionados en absoluto. Insisto en que la hipnosis no implica un estado alterado de conciencia como ocurre durante el sueño, donde la conciencia se desconecta parcialmente.

Aunque la hipnosis no induce el sueño, es cierto que en algunas ocasiones las personas que están siendo hipnotizadas a través de la relajación pueden quedarse dormidas. Sin embargo, esto también puede ocurrir al utilizar cualquier otra técnica de relajación. Es curioso observar que los pacientes con insomnio son quienes a menudo se quedan dormidos durante la sesión. Esto se explica porque las sugestiones que reciben están dirigidas a provocar sensación de somnolencia y pesadez, y el paciente responde con somnolencia y pesadez. Si se utilizan sugestiones opuestas, se obtendrían reacciones contrarias al sueño.

No existe un correlato biológico específico de la hipnosis. A nivel cerebral, se produce en el paciente el fenómeno que se le sugiere, y esto varía según los objetivos que se deseen alcanzar en la sesión. Puede provocar somnolencia, relajación o, en caso necesario, activación muscular, cardíaca o mental.

En conclusión, los fenómenos experimentados durante la hipnosis dependen de las sugerencias recibidas, y estas sugerencias varían según las necesidades y objetivos individuales de cada paciente.

Mito 5: La hipnosis elimina y anula el control voluntario de la persona.

Este es el mito más perjudicial para la hipnosis en el campo de la psicoterapia y que ha sido alimentado por la literatura, el cine y el espectáculo. Todos hemos presenciado cómo personas “normales” se comportan de manera ridícula o espectacular, aparentemente de forma “involuntaria” o “incontrolable”.

La realidad es que en estos espectáculos de hipnosis, los sujetos están dispuestos a colaborar y esperan que la hipnosis provoque en ellos reacciones generalmente divertidas, que perciben como fuera de su control voluntario. Aquí radica la clave: el concepto de “automatismo” y su diferencia con la “involuntariedad”.

Una respuesta puede ser:

Automática y voluntaria: cuando una persona habla, dice lo que desea decir.
Voluntaria y no automática: hablar en un idioma que no se domina, seleccionando cuidadosamente las palabras.
Automática e involuntaria: hablar durante los sueños.
Automática y no involuntaria: la hipnosis. La respuesta se produce, pero la persona puede interrumpirla en cualquier momento. Habla sin esfuerzo en “modo automático” y, si no desea responder, puede permanecer en silencio en “modo voluntario”.

Las personas hipnotizadas no aceptan sugestiones que les resulten desagradables (contrasugestión) y mantienen el control de la situación hipnótica en todo momento. No se quedan pasivas, sino más bien todo lo contrario. La investigación científica ha demostrado que el sujeto hipnotizado es receptivo y activo en la determinación de sus respuestas.

Cuando se plantea la idea de que las personas bajo hipnosis actúan de manera inmoral o delictiva, esto solo ocurre cuando saben que no serán responsables de las consecuencias y cuando el acto no contradice su ética personal. En tales casos, la persona simplemente no responde y abandona la sesión

Mito 6: La hipnosis provoca reacciones inusuales, excepcionales y cuasi mágicas en las personas.

La realidad es que las respuestas obtenidas durante la hipnosis se explican mediante procesos cognitivos y sugestión, y son respuestas naturales que también pueden ocurrir en situaciones no hipnóticas. Aquí tienes algunos ejemplos:

Rigidez en un brazo: El sujeto experimenta la incapacidad de doblar su brazo debido a sugestiones que activan grupos musculares incompatibles entre sí.
“Alucinaciones” hipnóticas: Son simplemente imaginaciones muy vívidas, algo que todos experimentamos en la vida cotidiana, como creer que ha sonado nuestro móvil o creer ver a alguien que en realidad no está presente.
Amnesia hipnótica: La persona no olvida realmente los datos sugeridos, sino que activa estrategias cognitivas para evitar recordar la información sugerida. Un ejemplo común en la vida cotidiana sería intentar recordar algo obvio y no poder hacerlo.

En conclusión, las respuestas a la hipnosis no involucran magia, sino procesos cognitivos, sugestión y la capacidad natural del cerebro para imaginar y actuar según las instrucciones. Los fenómenos observados durante la hipnosis son similares a los que pueden ocurrir en la vida cotidiana

Mito 7: La hipnosis es una terapia (hipnoterapia), útil, rápida y eficaz, que no exige ningún esfuerzo para cambiar de comportamiento.

La hipnosis no se considera una terapia psicológica en sí misma. Sin embargo, cuando es utilizada por psicólogos capacitados, se convierte en una herramienta dentro de la psicoterapia que puede facilitar los resultados terapéuticos, acelerándolos y reduciendo el esfuerzo necesario para alcanzarlos. Es importante destacar que la eficacia de la hipnosis en estos casos depende de cómo se aplique y de la participación activa del paciente en su proceso de cambio terapéutico.

Además de su uso en psicoterapia, la hipnosis también se utiliza en otros campos como odontología, cirugía, obstetricia, oncología y el tratamiento del dolor crónico, así como en el ámbito deportivo. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que la capacitación de un profesional en un campo específico no le autoriza a aplicar la hipnosis en otros campos para los cuales no ha sido formado. Por ejemplo, un odontólogo no puede ejercer como psicoterapeuta, y un psicólogo no puede realizar tareas odontológicas

 

¿Necesitabas esta explicación?

Para mí es fundamental desmitificar la hipnosis y la mejor forma de hacerlo es a través de la comprensión de su naturaleza y sus aplicaciones.

La hipnosis es una herramienta terapéutica muy valiosa cuando se utiliza adecuadamente por profesionales capacitados, es por ello que os invito a buscar más información sobre ella y si os decidís a recibirla, siempre debéis preguntar sobre la formación de la persona que la aplique y solicitar que os explique cómo pretende hacerlo.

¡Aprovéchate de sus beneficios de manera segura y efectiva!

 

Ana Isabel Abad Salazar

Psicóloga colegiada, M-38906

 

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