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La importancia de la mirada.

 

¿Y si nos paramos a MIRAR?

Si tomamos fotografías a nuestra sociedad en distintos momentos del día, sería frecuente encontrar infinidad de instantáneas que mostraran personas inmersas en diversas tecnologías y aisladas de su entorno físico inmediato, principalmente haciendo uso del teléfono móvil.

Estos dispositivos en sus orígenes se crearon con la intención de acercar personas. Pero hoy en día si reparamos en el uso que hacemos de las mismas, este objetivo resulta cuestionable. ¿No es acaso frecuente ver en una comida de amigos/familia a las personas que se sientan a la mesa desconectadas de aquellos que están en el momento presente y conectadas con aquellos que no están?

El que una persona esté mirando su móvil hace que pierda, o al menos, no pueda captar todo lo que tiene a su alrededor. Incluso en ocasiones, el móvil puede llegar a ser la herramienta que encuentra porque no quiere o no está preparado para mirar algo.

Tenga una causa u otra, la consecuencia es la misma: pérdida de información, sobre todo la relacionada con las emociones de los demás, y desconexión.

En esta sociedad en la que aún los niños más pequeños no disponen de móvil y podrían disfrutar y mirar, nos preguntamos:

¿qué ven?

¿qué queremos que vean?,

¿qué creemos que sienten al no ser mirados?

La mirada es algo necesario… no se trata sólo de ver, requiere de algo más: la intención de conectar con lo que nos rodea.

En los niños que aún no tienen desarrollada su personalidad y autoestima, supone un pilar fundamental. Los niños buscan en la mirada del otro confirmación, reconocimiento, seguridad… Podríamos decir que basan su existencia en el mundo en la mirada del otro, la necesitan para interactuar con el mundo y para entenderse a sí mismos y a sus emociones. En caso de no encontrarla, el proceso interno del niño le lleva a no mirar para evitar el sufrimiento y sentir que no le miran porque uno no es digno de ser mirado, con las consecuencias que ello supone para la autoestima y  su seguridad emocional.

Algo que puede resultar tan sutil y casi imperceptible para un adulto que ha perdido estas capacidades, resulta ser algo imprescindible y básico para la construcción sana de la psique de un niño.

No nos olvidemos de ello y recordemos que sólo mirando al otro podremos percibir aquello que en ocasiones la voz no logra o no sabe decir.

 

Marina Niño Gonzalo

Estudiante del Máster de Psicología General Sanitaria en la VIU, Universidad Internacional de Valencia.

Haciendo un enorme trabajo con pacientes que por sus propios medios no pueden costearse un acompañamiento a través de los dispositivos privados.

 

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