Ahora que estamos a mitad del primer trimestre es un buen momento para observar la evolución académica de nuestr@ hij@.
¿Comete errores al separar palabras? ¿Omite alguna letra o la cambia de posición? ¿tiene dificultades para comprender una historia? ¿Le cuesta mantener la atención? ¿Está suspendiendo las asignaturas troncales: inglés, lengua, matemáticas? Estos son indicativos de que existen dificultades de aprendizaje que a veces pasan inadvertidos.
En ocasiones se pueden resolver con la maduración de áreas cerebrales, pero en otras ocasiones se trata de dificultades clínicas que si no son detectadas a tiempo podrán suponer situaciones de frustración para el menor, provocando una baja autoestima, rechazo al ámbito escolar, y en el peor de los casos fracaso escolar. Es por tanto que debemos estar pendientes ante pequeñas señales de alerta para poder dar solución cuanto antes.
El trabajo en este caso estará enfocado en la evaluación psicopedagógica y en establecer unas técnicas de estudio que se adecuen a las necesidades que el alumno presente, ya que hay niñ@s que aprenden mejor de manera visual, otros de manera escrita, otros auditiva… Además, reelaboración del contenido que tengan que estudiar, y entrenamiento de estimulación cognitiva de aquellas áreas cerebrales que puedan estar afectadas, así como una coordinación fluida con el centro educativo para poder favorecer el máximo desarrollo del alumno, que repercutirá en una sensación de mayor autoestima y seguridad en sí mismo.
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